jueves, 2 de agosto de 2012

Hace varios meses que no encuentro las palabras. Se habrán escondido detrás de las paredes...o se fueron antes de eso... o se fueron un toque después. Algunas decidieron tomarse un micro directo al norte, para desaparecer, para no volver y para borrar todas las secuencias como si no hubieran existido jamás. Me esperaron descalzas en la terminal, pero no fuí, decidí quedarme en casa, y entonces el omnibus se las llevó lejos, al norte, con fecha de vencimiento, porque algo se había vencido...decía el viento. Mi casa tiene forma de "M", en una época estuvo deshabitada, triste y gris, y además, tenía muchas palabras. La angustia está llena de palabras aunque no tengas nada que decir. Algunas se quedaron para pelear por lo que realmente queríamos, como siempre, para luchar por lo nuestro, o para luchar por algo. En esa casa llovía seguido y se inundaba de singulares perdidos entre sueños sin dormir y melacolías arraigadas. Varias veces me desvié para hacer más tolerable la derrota. Pero seguía adquiriendo palabras donde quiera que me encontraba. En la playa, en la ciudad. Las palabras siempre estaban ahí, con la angustia, o con la desviación, siempre ahí. No sabía que pasados unos meses, llegado a este punto, yo, que siempre tenía a las palabras cerca, ahora ya no las tenía más...porque me abandonaron o porque las dejé... o porque él me dejó muda. Tengo la leve sospecha de que su amor me dejó muda. La felicidad pareciera que dijera algo pero no tiene nada para decir porque no puedo escribir nada y él me hace tan feliz. Alguien dijo hace unos meses que quizás "me faltaba inspiración", con ese tono agrio que delata la verdad de lo que te estan queriendo decir. ¿Cómo? Él es inspiración en estado puro. Mis mejores notas le agradecen su presencia...o ausencia de aquellas epocas, no importa, porque lo importante es que él sigue siendo el protagonista y esta vez, en versión feliz. Lo importante es que la casa que tiene forma de "M", sigue siendo en forma "M", y ahí yo puedo ahora correr, gritar y saltar. Las palabras están ahí flotando pero ya no las puedo encontrar detalladamente, estoy distraída besandome con él, jugando y riendo. Las palabras ya no aterrizan muy amenudo fabricando los mejores textos del barrio o la ciudad. Hay palabras que probablemente ya no volverán, habrá de adaptarse a lo nuevo, habrá que encontrar otras formas. Hay palabras que nunca se fueron y destilan su amor. Hay palabras que todavía se esconden y hay palabras que crecen con el tiempo, que cada vez son mejor y mejor, como lo nuestro. 

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